MIELGA I, ‘planta forrajera, especie de alfalfa’, del lat. vg. MĔLէCA, lat. MDէCA íd., así llamada por ser procedente de Media.

1.ª doc.: myálqa, Abenalɏazzar († 1004); «mielgas, yerva», como palabra castellana en PAlc., 1505; mielga, 1513, G. A. de Herrera.

Para la documentación vid. Simonet, s. v. miélca, y Aut. Además m-y-l-qa (que así puede leerse mîlqa como myálqa o myélqa) en el botánico sevillano de h. 1100 (Asín, p. 181), como nombre romance de una especie de alfalfa o pipirigallo. Hoy la forma normal es mielga, pero melga se oye también en Burgos, en Medinaceli (Soria) y en el Barco y Arenas de San Pedro (Ávila), G. de Diego, RFE III, 302. Port. melga; para la vida del vocablo y sus derivados en las lenguas y toponimia hispánica, V. nota de Silveira sobre Melgaço, RL XVII, 118. Cat. melga en Lérida y en el Pallars, como nombre de una mala hierba que se hace en los sembrados; melca como nombre de una planta forrajera semejante a la alfalfa, anotado en el Empordán por Ag. y oído personalmente en el Sur (Ascó, Almatret), mientras que en Monistrol de Calders, Pinós de Llucanés y Muntanyola anoté mèuca en el mismo sentido1; comp. la variante melca ‘zahina’ que ya registra la Acad. en 18842.

No debemos mirar la forma mielga como resultado leonés de la D latina, como decía G. de Diego (ibid. p. 314), pues la forma con l se halla también en el it. melica, melga, Servigliano (èrba) mèllaca «erba medica, saggina» (ARom. XIII, 254, 258), Val-Anzasca mòlga (con e > o), malgú? ‘maíz’, malgáća ‘hoja de maíz’ (ARom. XIII, 1767), Bergamo mélega ‘maíz’, Venecia, Como íd., ‘sorgo’. Para representantes italianos, Aebischer, ZRPh. LXV, 436-7. Melica, milica, documentado varias veces en el bajo latín del S. XIII, vid. Spitzer, WS IV, 139-140, y REW 5455. Pero es que MELICA en realidad está ya en glosas latino-griegas, p. ej. en una trasmitida en un ms. del S. X, con la traducción ‘trébol’ (CGL III, 429.53).

En latín varios autores dan fe de que había una variante melicus de medicus, propia del vulgo imperito (así Columela VIII, 2, y ya en Varrón, Plinio, etc., vid. Ernout, Élém. Dial. du Vocab. Lat., 197), aunque en ellos no se trata del nombre de la hierba, sino de las gallinas llamadas médicas. No parece que deba esto interpretarse como una mera variante dialectal latina, aunque por cierto la vacilación dialectal entre -d- y -i- tendría influjo en el cambio, sino primordialmente como debido al influjo seudo-etimelógico de MEL ‘miel’, pues como observa Steffen3, las leguminosas de los géneros Trigonella, Medicago, Melilotus y Trifolium son conocidas plantas melíferas (comp. la composición del nombre Melilotus). Este factor nos explica no sólo el cambio de -D- en -L-, sino también el de en Ĕ (el cual a juzgar por la citada variante castellana vieja no debió de ser general)4.

DERIV.

Melgar ‘campo de mielga’ [972, Oelschl.], frecuentísimo como nombre de lugar. Melgosa [1206, íd.], otro nombre de lugar muy frecuente.

1 La u no puede venir de L romance en esta posición, pero sí la l de una ?. Esta ? puede venir de D en catalán, pero como resultado de MEDICA se esperaría *meuga o *metja. Parece como si hubiera cruce de *meuga < MEDICA con melca < MELICA.―

2 Amaleka ‘mielga, planta leguminosa’ cita Azkue, Supl., de una carta del Vicario de los Arcos (17 kms. al SO. de Estella), de 1775; sería relíquia del antiguo vasco local procedente de MELէCA.―

3 Rev. de Historia, La Laguna, n.° 85, p. 92.―

4 No creo, pues, que este cambio se deba a influjo de MĔDէCUS ‘médico’ (como dice Baist, GGr. I), aunque éste pudo también ayudar, comp. la grafia maedica que Cornu (GGr. I, § 4) señala en el Edicto de Diocleciano.